algunos consejos útiles
Si usted es uno de los pocos afortunados que no necesitan cuidar la línea ni preocuparse por lo que comen... ¡el otro 99 por ciento de los simples mortales lo envidia! Pero sin duda usted organiza las comidas de su familia, así que todos estamos en el bando de los que prestan atención a las calorías.
Si ha decidido iniciar una dieta, le recordamos que debe consultarlo con su médico. Y le brindamos este libro repleto de propuestas fáciles y rápidas que lo ayudarán a mantener su peso bajo control sin renunciar al placer. Las recetas fueron diseñadas para ofrecerle el máximo de sabor con el mínimo de calorías. Al probarlas no sentirá que está a dieta. Y si quiere seguir disfrutando de sus platillos favoritos, he aquí las claves para adaptar las fórmulas y hacerlas más saludables.
Baje las grasas
• Una sartén antiadherente es indispensable para cocinar con menos grasas y menos calorías. Para dorar alimentos, pincele el recipiente con aceite (no vierta un chorro) y cocine sobre fuego moderado.
• Reemplace los lácteos enteros por descremados. El yogur natural bajo en grasas es un buen sustituto de la crema; después de incorporarlo, no deje que las preparaciones hiervan.
Reduzca la sal
• No añada sal a las comidas. Si experimenta con hierbas y especias, su paladar apreciará el verdadero gusto de los alimentos, que con frecuencia queda enmascarado por la sal. El ajo, la cebolla, los chiles, la albahaca, el eneldo y el jugo de limón exaltan los sabores.
• Elija productos sin sal o bajos en sal. Más del 50% de la ingesta de sodio proviene de alimentos industrializados como pan, manteca, margarina, queso y fiambres que no tienen sabor salado.
Limite el azúcar
• Disminuya gradualmente el consumo de azúcar y miel. La esencia de vainilla y la corteza de limón son útiles para lograrlo.
Aumente la fibra
• Siempre que sea posible, coma frutas y hortalizas con cascara.
• Prefiera el arroz integral al blanco. Pruebe trigo sarraceno y cebada, dos granos ricos en fibra.
• Agregue frijoles de soja o de otro tipo a las cazuelas, y un puñado de lentejas a las sopas.
• Para rebozos y cubiertas, use pan integral seco y molido. El salvado de avena, solo o mezclado con salvado de trigo, es una alternativa sorprendente.
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